Barrabás

Cierto hombre criminal y malo en los tiempos biblicos, llamado Barrabás, estaba en la carcel. Muy pronto sería crucificado, clavado en una cruz, y dos ladrones más con el.

También había otro hombre, llamado Jesús, quien era diferente de Barrabás. El solamente hacía lo bueno, era Santo y Puro. Jesús era el Hijo de Dios. Dios amó a todas las gentes, y envio su Hijo para que les salvase de todos sus pecados. Jesús estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por El. Pero el mundo no lo conoció. La gente de la tierra lo escarnecieron, y lo trataron mal. Los hombres fuertes lo arrestaron. Dijeron mentiras acerca de El.

Todos los años, era costumbre de soltar de la carcel un preso. Pilato, el gobernador, le pregunto a los Fariseos a quien deberían dejar libre; a Jesús, o a Barrabás. Ellos gritaron, "Deja libre a Barrabás!" Y Pilato dijo, "Que haré con Jesús, llamado el Cristo?" Y ellos dijeron, "Crucifícale, crucifícale!"

Barrabas seguía en la prisión, y llegaría el día en que sería crucificado. Finalmente, llegía la hora, y el escuchó al carcelero que venía por el pasillo. Escucho introducir la llave a la carradura de la puerta, y sabía que había llegado el tiempo para pagar por sus maldades.

Pero el carcelero le dijo: "BARRABAS...," y el corazon de Barrabás latio rapidamente, "Barrabás, eres libre. Jesús nazareno sería crucificado en tu lugar." "Que? Libre? Cómo puede ser que yo, Barrabás, sea libre? El carcelero me dijo que Jesus moriría en mi lugar. Qué noticias tan gratas!" Y Barrabás fue puesto libre, aunque merecía pagar su castigo.

Mis amigos, hay buenas noticias para ustedes también. Nosotros también nacimos prisioneros. Estamos atados por nuestros deseos. Pero Jesus tomó nuestro lugar. Por culpa del pecado merecemos la muerte, pero Jesus tomó el pago de nuestros pecados. Pues murió en nuestro lugar. Podemos ser libres si aceptamos a Jesús y aceptamos la muerte de Jesús por nosotros.

La palabra de Dios nos dice de la muerte de Jesús, y nos dice estas palabras acerca de El: "El llevó en su cuerpo al madero, nuestros pecados. Nosotros que estamos atados por nuestros pecados, podemos ser libres, porque así Dios la quiere." Las Santas Escrituras de Dios dicen de Jesús: "El fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados. El castigo de nuestros pecados fue sobre él, y por sus llagas fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas. Cada uno se fue por su propio camino, pero Dios cargó sobre Cristo Jesús el pecado de cada uno de nosotros."

Desearía usted ser libre del pecado? Si es así, ore y dígale a Jesús, "Tú eres mi Salvador y mi Dios. Perdóname y recíbeme. Quiero seguirte. Gracias, Señor, por hacerme libre del pecado y del castigo eternal, por haber muerto en mi lugar. Ayúdame a vivir para tí siempre, y para decirle a otros acerca de tí." El te perdonará y te dará vida eterna. Cree in El, y El te recibirá.

I Pedro 2:4 Isaias 53:5, 6.