Naamán
គ្រោង: Story of Naaman and Elisha healing him of leprosy. Sin is like leprosy,etc. Application.
លេខស្គ្រីប: 090
ភាសា: Spanish: Latin America
ប្រធានបទ: Eternal life (Eternal / everlasting life); Living as a Christian (Repentance, Faith, trust, believe in Jesus); Bible timeline (People of God); Sin and Satan (Cleanse, purify)
ទស្សនិកជន: General
រចនាប័ទ្ម: Monolog
ប្រភេទ: Bible Stories & Teac
គោលបំណង: Evangelism
សម្រង់ព្រះគម្ពីរ: Paraphrase
ស្ថានភាព: Approved
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អត្ថបទស្គ្រីប
Había un hombre llamado Naamán, jefe del ejército del rey de un pais llamado Siria. Este hombre era muy estimado y favorecido por su rey, porque el Señor había dado la victoria a Siria por medio de él. Pero este hombre estaba enfermo de lepra.
En una de las batallas de los sirios contra los israelitas, una muchachita fue capturada y se quedó al servicio de la esposa de Naamán. Esta muchachita dijo a su ama:
«Si mi amo fuera a ver al profeta que sirve al verdadero Dios que está en Samaria, quedaría curado de su lepra».
Tan pronto como escucho Naamán, se preparó para emprender su viaje a Israel, llevando consigo regalos: oro, plata, varias vestiduras, y una carta dirigida al rey de Israel, de parte del rey de Siria.
Cuando llegaron a Israel, entregaron la carta al rey y él se alarmo y dijo:
« ¿Acaso soy Dios, que da la vida y la quita, para que éste me mande un hombre a que lo cure de su lepra? ¡Fíjense bien y verán que está buscando un pleito contra mí!».
Eliseo, profeta de Dios, se enteró de esto y dijo:
«Envíame a Naamán». Naamán llevo su carruaje y regalos; y se fue a la casa del profeta Eliseo. Eliseo ni siquiera salió para recibir o saludar a Naamán, sino que envió un mensaje diciendo:
« Ve, zambúllete en el río Jordán siete veces, y quedaras limpio ».
Al escuchar el mensaje, Naamán dijo:
« ¿Por qué he de ir a ese río sucio? Tenemos mucho mejores ríos en mi tierra». , y se fue muy enojado.
Pero su sirviente le insistió suavemente:
« ¿Amo, si se le hubiera pedido hacer algo más difícil, usted lo habría hecho, verdad? El profeta solo dijo: “Ve, lávate y quedaras limpio”, ¿y usted no quiere?
Pues los dos se dieron la vuelta para ir al río, y Naamán se zambulló siete veces, y se dio cuenta que su piel estaba tan limpia como la piel de un niño, y dijo:
« Ahora sé que el Dios de Israel es el verdadero Dios ».
Naamán estaba tan feliz y agradecido, que fue a ver al profeta de Dios para darle regalos, pero
Eliseo no los acepto. Luego dijo Naamán:
« Desde hoy, ya no adorare a nada ni nadie, sino solamente al verdadero Dios ».
Eliseo le dijo: — Ve en paz.
La Palabra de Dios nos enseña que Jesús murió para salvar a los pecadores. Lavarnos con agua y jabón no sanará nuestras enfermedades, ni perdonará nuestros pecados. Solo la sangre de Jesús tiene el poder para limpiar nuestros pecados. Pero si somos tercos y orgullosos, Dios no hará nada para nosotros. En cambio, si obedecemos Su Palabra, Él sanará nuestras almas.
La Palabra de Dios nos enseña que debemos arrepentirnos, dejar los pecados y confiar solo en Jesús. Él nos lavará, y seremos limpios; y nos dará vida eterna. La palabra de Dios dice: «Porque hay un solo nombre dado a los hombres, en quien podemos ser salvos. Su nombre es Jesús ».