Cristo Nuestro Mediador
គ្រោង: Emphasizes that Christ has taken the place of the O.T. priests. Christ was God's provision for bridging the gap between sinful men and a holy God. Jesus' sacrifice was once for all. Death, resurrection, ascension. He became our mediator--our High Priest. Necessary to trust Him only. Two versions of this -- for Catholics; for tribal beliefs.
លេខស្គ្រីប: 155
ភាសា: Spanish: Latin America
ប្រធានបទ: Christ (Mediator, Sacrifice / Atonement, Death of Christ); Living as a Christian (No other gods, idols, Faith, trust, believe in Jesus)
ទស្សនិកជន: Animist; Hindu; Orthodox; Catholic; Jewish
រចនាប័ទ្ម: Monolog
ប្រភេទ: Bible Stories & Teac
គោលបំណង: Evangelism
សម្រង់ព្រះគម្ពីរ: Extensive
ស្ថានភាព: Approved
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អត្ថបទស្គ្រីប
Jesús dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí."
En tiempos antiguos, ninguna persona ordinaria podría entrar en la presencia de Dios y hablar con Él de amigo a amigo. El hombre era pecador, pero Dios es santo. Por esa razon había una gran cortina entre Dios y el lugar donde la gente llegaba para consultarle. En ese tiempo habia un sacerdote que representaba al pueblo ante y Dios. Una vez al año, el sacrificio hacia sacrificios y ceremonias para presentarlas en la presencia de Dios.
Pero aquellos sacrificios no podían quitar los pecados, y los mismos sacerdotes no eran santos ni sin pecado. El hombre nunca ha tenida la forma perfecta para llegar a Dios, aunque la gente siempre ha deseado encontrar al verdadero Dios. La gente nunca ha sido satisfecha, ni se satisfacera hasta encontrar al verdadero Dios poderoso y bueno. Sus pecados les han separado de Dios, como una cortina pesada que impide ver el rostro de Dios.
El Dios verdadero escuchó la oración de la gente, y envió a su Hijo Jesús a este mundo, para pagar con sacrificio por nuestros pecados. Jesús se convirtió en nuestro Sumo Sacerdote con Dios. Él mismo era Dios y también Él era hombre. Por lo tanto, Él fue capaz de quitarle la gran cortina que separaba entre Dios y los hombres. Después que Jesús sufrió en la cruz por nuestros pecados, Él exclamó: "Ya está hecho." Después de eso, Él murió. Hubo un gran terremoto, y la cortina en el templo que separaba a la gente de Dios fue destrozada. Jesús había completado todo lo que era necesario para salvar a la humanidad. La separación entre Dios y el hombre se quitó para siempre.
Después que Jesús murió y fue sepultado, pasaron tres días y se levantó de la tumba. Y luego Jesús subió al cielo y entró en la presencia de su Padre Dios; donde ruega por nosotros. A causa de su sacrificio en la cruz, ahora podemos ir directamente a Dios, por medio de la sangre poderosa de Cristo. Es por eso que ya no necesitamos ningún otro sacerdote entre Dios y nosotros. Dios dice: "De sus pecados e iniquidades no Me acordaré más."
Cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador y ponemos nuestra confianza en Él como nuestro mediador, somos salvos de todos nuestros pecados y del castigo que merecíamos. Somos aceptados por Dios. Él nunca volverá a recordar nuestros pecados pasados, y por el poder de Su vida en nuestros corazones, el Espíritu Santo nos ayudará en no hacer lo malo.
Si en algún momento pecamos de nuevo, tenemos que volver de inmediato y pedir perdón para ser limpios. Debemos hacer bien con nuestro prójimo y dar la espalda a todo lo que está mal. Cuando Jesucristo se ha convertido en nuestro Salvador, tendremos paz y vamos a amar a Dios con todo nuestro corazón. No vamos a poner a otros dioses o ídolos o sacerdotes delante de Él. Vamos a querer agradar a Dios y ser amable y amoroso con otras personas.
Nosotros los cristianos confiamos solo en Jesús. Sólo Él es Dios. Sólo Él puede salvarnos. Ven a Dios a través de Jesús, y habla con Él de amigo a amigo. Toda la gente está invitada a venir y aceptar a Jesús. La palabra de Dios dice: "Hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, que dio a sí mismo en rescate por todos."
Referencias: Juan 14: 6; Hebreos 10:17; I Tim. 2:5,6; Hebreos 7:25