unfoldingWord 24 - Juan bautiza a Jesús
Omrids: Matthew 3; Mark 1; Luke 3; John 1:15-37 _Una historia de la Biblia de: Mateo 3; Marcos 1:9-11; Lucas 3:1-23_
Script nummer: 1224
Sprog: Spanish
Publikum: General
Formål: Evangelism; Teaching
Features: Bible Stories; Paraphrase Scripture
Status: Approved
Scripts er grundlæggende retningslinjer for oversættelse og optagelse til andre sprog. De bør tilpasses efter behov for at gøre dem forståelige og relevante for hver kultur og sprog. Nogle anvendte termer og begreber kan have behov for mere forklaring eller endda blive erstattet eller helt udeladt.
Script tekst
Juan, el hijo de Zacarías yt Elisabeth creció y se convirtió en profeta. Vivía en el desierto, comía miel silvestre y langostas, y vestía ropas hechas con pelo de camello.
Mucha gente iba al desierto a oír a Juan. Les predicaba diciendo: “¡Arrepentíos, porque el reino de Dios está cerca!”
Cuando las personas oían el mensaje de Juan, muchos se arrepentían de sus pecados y Juan les bautizaba. Muchos líderes religiosos también venían a ser bautizados por Juan, pero no se arrepentían ni confesaban sus pecados.
Juan decía a estos líderes religiosos: “¡Serpientes venenosas! Arrepentíos y cambiad vuestra conducta. Todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y echado al fuego”. Juan cumplía lo que los profestas dijeron: “Mira, Yo envío mi mensajero delante de tí, el cual preparará tu camino.”
Algunos judíos preguntaron a Juan si él era el Mesías. Juan contestó: “Yo no soy el Mesías, pero hay alguien que viene después de mí. Él es tan grande que yo ni siquiera soy digno de desatar sus sandalias.”
Al día siguiente, Jesús vino para ser bautizado por Juan. Cuando Juan le vio dijo: “¡Mirad! Este es el Cordero de Dios que quitará los pecados del mundo.”
Juan dijo a Jesús: “Yo no soy digno de bautizarte. Tu deberías bautizarme a mí.” Pero Jesús dijo: “Debes bautizarme, porque es lo que debe hacerse.” Así que Juan le bautizó, aun cuando Jesús no hubiera pecado nunca.
Cuando Jesús subió del agua después de ser bautizado, el Espíritu de Dios aparienció en forma de una paloma y descendió y reposó sobre él. Al mismo la voz de Dios habló desde el cielo diciendo: “Tú eres Mi Hijo a quien Yo amo, y en tí tengo complacencia.”
Dios le había dicho a Juan: “El Espíritu Santo descenderá y reposará sobre alguien a quien tú bautizarás. Esa persona es el Hijo de Dios.” Solo hay un Dios. Pero cuando Juan bautizó a Jesús, oyó hablar a Dios el Padre, vió a Dios el Hijo, y vio a Dios el Espíritu Santo.